
Habiendo caído en un agujero negro nuestras transmisiones anteriores (en realidad existen, pero en otro universo, uno muy fome) volvemos al fin a nuestras actividades habituales.
Si quieren saber que pasó, basta con que le peguen un satelito-radio-tele-fonema a Stephen Hawkings, mientras nosostros preparamos la Expo Cosmos.
Frían sus microondas con las mismas ondas que inhabulitaron a los satélites chilenos.
Esto es Kernel Panic!